Nació en los mandriles y ya desde niño sintió una irresistible atracción por el arte y, aunque le dio tiempo a coquetear con el Derecho y estudiar Bellas Artes, empezó en esto del diseño gráfico cuando los anuncios se componían a mano y no había ordenadores.
Macintosh podría ser su segundo nombre y, a pesar de que ha instalado todas las actualizaciones del Photoshop una a una desde que era monocapa y su jefe cree que es el mejor retocador de imagen a este lado del polo, no se considera un experto. Cuando sea mayor, seguramente volverá a ser crítico de cine. Le gusta conducir.
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